«Jauchzet, frohlocket» – El oratorio bachiano que nos anima a poder volver a comenzar.
¡Alegraos, regocijaos, alabad este día! Lo que Bach nos regala con esta obra no puede resumirse solamente con criterios musicales y textuales. La música de este coro inicial con sus alegres timbales se apodera directamente del corazón, el estómago e incluso de las piernas del oyente. Prácticamente es imposible no saltar del banco de la iglesia y no dejarse llevar por su contagioso júbilo.